¿Quién soy?
Quien
soy?
Segundos,
minutos, horas, días, semanas, años, décadas y toda una vida, para encontrar un
respuesta del QUIEN SOY, porque no hay vida que se pueda vivir, si no se sabe
quién es, por lo tanto, urge dedicar vida al autodescubrimiento personal, para
encontrar en que parte del rompecabezas de la vida, está tu parte. Cada uno tiene su propia responsabilidad de
vivir su propia vida y de apoyar la vida de otros.
Aunque
la incertidumbre del final de nuestros días, invadan nuestra alma, porque nadie
tiene la respuesta de lo que pasará mañana, porque solo hay el momento, acá
caminando sobre la mente de la caña, que toca la sombra tierra, para suspirar
por los abrazos del viento, que nos lleva a un sueño de convertir nuestra vida
en un montón de preguntas sin respuestas.
Ahora
que vamos consumiendo un nuevo siglo, nos damos cuenta que los números de la
vida, son contadas con más rapidez que antes, aunque fueren los mismos números,
pero el creador las cuenta más rápido, con el fin de recordarnos que solo somos
un soplo del tiempo y del espacio, que no somos más que nadie, porque nuestro
fin será lo mismo, irnos de esta tierra, sin saber para donde terminamos,
aunque creemos que existe otra vida después de esta vida. Una interesante
afirmación, aunque nadie ha comprobado esa realidad, solo queda tomar una
pequeña tasa de paciencia, para esperar el desenlace de nuestra vida.
Quién
soy, pues nadie sabe quién es, porque no hay una respuesta, para tal pregunta,
que agobia el sentido de la vida.
Ahora
que camino en los campos del creador, le hago tantas preguntas, sin embargo, no
recibo ninguna respuesta, porque parece que aprendido a usar mucho la boca,
eliminando el poder de mis oídos, pueda que el creado me esté hablando, pero,
yo no puedo escuchar, aunque me dotaron de dos oídos y una sola boca.
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