MI TREN DE FANTASÍAS
Tengo una preciosa
mañana,
Para tomar la luna
en mis bolsillos,
Subido en el tren
de mi sueños,
Llevando en mis
brazos una lámpara de paz,
Que abre mi camino
en los campos de estrellas,
Corriendo entre
las aguas,
Para ganar la carrera
de la vida,
Que me ha enseñado
que el esfuerzo es la medicina de la alegría.
Una mañana donde
brillan las estrellas en el mar,
Porque son pintadas
por las miradas de niños hambrientos de sueños,
Quienes están
listos para tomar cada pescado de sabiduría,
Que yo les pueda
vender,
Para ir corriendo
a la montaña de flores,
Para extraer de
ellas la miel de la felicidad,
Que sirve para
endulzar la esperanza de las mujeres,
Que aman la
dulzura de la vida,
Para contagiar con
su presencia la esencia del arcoiris.
Sentado sobre las
alas de mi tren,
Observo a través
de mis lentes de algodón,
A los leones que
corren ante los venados,
En su momento de
travesura,
Quienes aprecian
el sabor de compartir y vivir juntos,
En la ciudad de la
fantasía.
Ahora que lo pienso,
Llevo en mis
hombres,
Un pedazo de
papel,
Donde está escritos
los sonidos del ayer,
Que me sirven para
comprender el hoy,
Para poder llegar
al punto donde debo de estar,
Siendo un
extranjero en mi propia lancha de dulces,
Sabiendo que la
libertad se obtiene,
Cuando comprendes
que eres un ave pasajera,
Que se prepara
para el gran vuelo de la eternidad.
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