¡Volver!
¡Volver!
Estoy
pensando en volver, suponiendo que aún quieres compartir tus ideas con mis
pensamientos, porque recorrido el mundo y no supe adaptarme a todo lo que
existía, mucha verdad llevaba en mi corazón que fueron destrozadas, sin que
alguien me lo hubiera dicho, simplemente llegué a comprobar.
Tenía la
idea de que era el centro del mundo, sin embargo, ni yo mismo me doy
importancia, ya que me distrae el espejismo de la vida otros, eso que decía que
todas las playas eran cálidas, hasta que tuve que abrigarme de frío de otros
mares, mientras recordaba que el sol en tus brazos se iba a las seis de la
tarde y en otros brazos se iban antes y en otras después, todo un cambio, me
dolió saber que rezar el padre nuestro y persignarme en nuestra promesa de
nuestro amor eterno, no era conocido en otros lados y existen miles que almas
que entienden las letras de amor que te escribía, para terminar de acumular mis
penas, se burlaban de mis lágrimas por ti, no entendían lo que me pasaba, no
comprendían mis quejas, ni menos sentían mis dolores, mientras ellos acumulaban
y conquistaban otros planetas enamorados de sus matemáticas y físicas.
Me había
acostumbrado a caminar entre lluvias, terminé sediento en arenas interminables,
buscando con locura caballos que me pudieran llevar a tus abrazos, solo encontré
camellos que no entendían mis suspiros, dejándome caer sobre sus hombros
olvidando con el sueño tu nombre, queriendo ser como ellos, libres, libres y
libres.
Si pudiera
contarte lo frustrado que me resulto ver que había pieles más claras y otras
más oscuras que las mías, veía hombres más grandes y otros más pequeños que yo,
cada vez me sentía confundido, no podía asimilar que mis penas son propias, sin
que alguien pueda importarle mi interior, porque me sentí más amado sobre el
camello que en las calles donde caminaban miles y miles de personas, sin que
nadie me hablará, como puede ser posible sentir soledad entre tanta gente, en
aquel momento anhelaba regresar a mi pueblo, donde todos se inventaban algo de
mi vida, pero, existía en sus pensamientos.
Yo tenía la
certeza que el sol iba del este al oeste, hasta que nunca lo vi durante largos
días fríos y luego durante largos días calurosos, sin entender nada de la vida,
por ejemplo, donde había estadios llenos de gente e iglesias vacías o iglesias
llenas y estadios vacíos, tantas realidades contrarias, hombres rogando por
hijos y otros matando hijos, lo más triste que a pesar de tantos dolores, no
podía dejar de pensar en ti, anhelando escuchar tu voz y rogando que el amor no
esté en tus brazos otra vez, aunque al mundo no le interesa lo que es amar,
porque prefiere más la libertad.
Donde quería
que estés, espérame que lucharé por regresar, aunque no sé cómo llegar, porque
estoy en la pared de orgullo que construyeron dos hermanos que dividen dos
pueblos que sus palabras dicen que son distintos, aunque sus rostros dicen lo contrario.
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