¡Volando los pies!
La imaginación de la mente y la
realidad del cuerpo, seccionan en la verdad, por ello, las teorías aligeran el viaje
y las leyes atan a los hombres curiosos, aquellos que escriben que la verdad
del pasado es la mentira de hoy, sin afirmar que el futuro sea mejor o peor que
el presente, todo será relativo, más dependerá si habrá futuro. Ante tan irremediable
situación, el conocimiento sacude la estabilidad de la mente, creando espacios de
aprendizaje, inventando maneras de expandirse, a pesar de estar congelado
dentro de un cuerpo débil que lo obliga a considerar la posibilidad de expandirse
por redes artificiales, con el fin de liberar su potencial creador de la
realidad.
El hábito de capturar el
presente, definiendo una IDEA (Identidad Divina Escala Alfa) anotando las
posibilidades de otros hombres, ante el ideal de un mundo por y para el hombre,
conectando las estaciones del tiempo que gira y gira, sin la estabilidad
necesaria que solo la mente del hombre le puede dar, ante tal teoría, se
escarba una ley pasada ¿El centro del universo es el hombre? Habrá algo más
observador que el humano.
Antes de seguir creando más preguntas,
parece más sensato, definir una ruta, un camino donde el hombre, deja de sustentarse
de alimentos físicos, volverá a su origen, consumir de la fuente primaria la
energía que requiere para evolucionar, eliminando el trabajo que tanto pesar le
causa, porque debió sobrevivir con su esfuerzo físico, siendo una mente de la fuente,
capaz de dominar la materia, sin requerir de su cuerpo físico o algo externo,
resuelto su fuente de energía, empezará a existir en el mar de la eternidad,
disfrutando encontrar los límites del universo, buscando formas de depender de
la materia oscura, porque llegará el tiempo que vivirá de luz propia,
colonizando el espacio y el tiempo, dominando la energía de lo visible y corriendo
más rápido que la velocidad de la luz.
El hombre, es increíble, si tan
solo deja de depender de lo físico, para vivir.
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