¡ELLA!
ELLA
Los años pasan,
la memoria se estaca en el pasado,
un privilegio para la mente,
un dolor
para el alma.
Entre las lluvias de
agosto y las cosechas de septiembre, entre a tu aposento, considerando tus órdenes
como aceptación de tu aprecio, entre tu silencio y dudas, mi corazón fue
recibido por la alegría de tu alma.
Con el paso de los
días, el ato entre tú y yo, eran más sólidas, aunque no eras tu la razón de mis
desvelos, ni eras la aspiración de mis suspiros, mas bien eras la llave de mis
días venideros, porque no hay camino por andar, donde no se requiera de la
experiencia, aunque sea solo para señalar, mejor siempre será indicar que
hablar, entre tantas palabras se crea la confusión, ya que nuestras mentes
dibujan distintos cuadros, diseñados en base a los años que se ha vivido y a
las aventuras que se inventan, es decir, azul no necesariamente es el mar, también
puede ser el cielo, a diferencia que se señale la luna, todos pueden ver el
objeto, aunque no puedan pronunciar su nombre.
Paso a paso, lo que
se edifica con entereza y circunspección, pronto se convertirá en una obra
majestuosa, mejor si se diseña desde la virtud de edificarse a sí mismo y el
arte de embellecer el mundo exterior, aunque el hombre en su afán descuida la virtud
por el arte, siendo estas complementarias. Sin embargo, es mejor tener virtud o
arte que irse de la realidad.
Con los años aprendiste, a vivir de procesos y círculos,
percibiendo el ritmo del arcoíris, palpando los latidos de la tierra y
escuchando las palabras de omnipresente, anhelando actuar conforme lo correcto,
esperando encaminar la joya de tu corazón.
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