El reto de las marchas pacíficas.
El reto de las
marchas pacíficas.
Alguien
tendrá que darle una solución a esta crisis política que vive este país. ¿Quién
será? O ¿será mejor vivir sin gobierno?
Estaba
reflexionando sobre las manifestaciones sociales en contra la corrupción.
Situación que surge paralelamente, con el inicio del proceso electoral de
nuestro país. Que deja en mal a todo candidato a un puesto público; Que se
convierte en el tema de conversación en las comidas familiares, en las calles y
en otros lugares, donde la gente tiene la oportunidad de platicar e
intercambiar ideas sobre política. La mayor parte de las conversaciones,
llegan a una conclusión, todo persona
que entra en la política, tarde o temprano será un corrupto más.
Una
idea que ha contribuido a que hombres capaces y honestos, opten por no
participar en la política, para mantener su honorabilidad, me pregunte ¿Quién
habrá inventado esa idea, que la política es para la gente deshonesta?
Tendríamos que retroceder el tiempo, para conocer nuestra historia, para
comprender del porqué de nuestra situación actual.
Estos
días, uno de los candidatos a la presidencia, está siendo cuestionado y atacado. Por la dudosa procedencia de los recursos
financieros, para su campaña política. Muchos se han preguntado ¿Quién pagará el alto costo de su
campaña? O realmente es una persona generosa, “Agradable sería creer en
esa posibilidad” ahora que hay una fuerte confrontación, ¿Qué pasará con las personas que se opusieron a su campaña?
Si llega a ganar la presidencia. O el pueblo este año se unirá, para cambiar la
historia, que el segundo de las elecciones pasadas, es el siguiente presidente,
o este año se elegirá al candidato menos esperado ¿Cómo se unirán los
criterios, para votar todos juntos, por el candidato más idóneo? El
pueblo dividido, jamás será contrapeso, en estas nuevas elecciones.
¿Cuál sería el resultado más impactante de
todas esas marchas pacíficas? Elegir al presidente menos esperado, que
representa el mayor desafío de esta revolución social, que dejará en el ambiente, una sensación de
incertidumbre, pero, deja una brisa de esperanza, por una democracia de verdad.
El
camino es largo, pero, de lo que si estoy convencido, la confrontación, los
golpes, los insultos, jamás serán la opción para un cambio positivo a este
país. Guatemala de la eterna primavera.
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