Luna
Luna Dicen que la vida está hecha de sueños. Los jóvenes sueñan con entusiasmo, mientras que los mayores lloran por los sueños no cumplidos. Sin embargo, algunos jóvenes se van antes de poder siquiera soñar. Era una tarde de domingo. Sentado en el corredor de la iglesia, vi a lo lejos a alguien acompañado de Luna. Mi mente, en un suspiro, recordó que hacía apenas dos meses Luna había perdido a su compañero de vida, aquel con quien compartía los días en el campo, contaba las hojas de la milpa, decidía cuántos hijos tendrían y buscaban juntos cerezos. Soñaban con un futuro lleno de posibilidades, hasta que él fue asesinado, queriendo ser un héroe en una guerra que no era la suya. Sí, como lo lees, un héroe en una guerra ajena. Al verla ese domingo, mi mente no pudo evitar preguntarse si existe un cielo capaz de sustituir un infierno tan cruel. Pero, como suele ocurrir con mi naturaleza chismosa, no pude callar. Conté al pueblo lo que había visto, como si esa escena pudiera al...